LECTURA DE LAS FLORES DEL MAL (SELECCIÓN)

GUÍA DE LECTURA DE LAS FLORES DEL MAL


128. LA DESTRUCCIÓN

En este soneto, el mal arrastra al poeta en forma de arte y de mujer, sin que termine de satisfacerle, incluso termina aniquilándole. La identificación Demonio-arte-mujer-tedio se sintetiza en la identificación del amor con la muerte.

130. LA ORACIÓN DE UN PAGANO

En este soneto la exaltación de la voluptuosodad adquiere los rasgos de un verdadero culto pagano y el poeta le reza a una prostituta como a una diosa, pidiendo que caldee su espíritu aterido.



133 MUJERES CONDENADAS

Son siete cuartetos dedicadosa a mujeres que renuncian a la relación amorosa convencional hombre-mujer (vírgenes, prostitutas, monjas o lesbianas). El dolor del lesbianismo se basa en el carácter infecundo e insaciable de su pasión.


134. LAS DOS BUENAS HERMANAS

Otro soneto. Al poeta marginal (“enemigo de la familia”), le atrae lo prohibido. Incapaz de conciliarse con la sociedad convencional,  se entrega al vicio y a la muerte. La hermandad de la lujuria y de la muerte ha sido establecida. Incluso aparecen encarnadas en dos amantes lesbianas, complacientes con el amante al que ambiguamente dan a la vez placer y muerte.

136. ALEGORÍA

Es la oposición del poema anterior. Resurge la alegoría de la mujer hermosa y fría, cuya insensible belleza la sitúa por encima de las garras del libertinaje y de la muerte.



137. LA BEATRIZ

Pero esta alegoría es solo una imagen irreal e imposible. La Beatriz de Baudelaire, a diferencia de la angelical amada de Dante (dotada de un alma bella), es una doncella viciosa, que se burla del poeta y hace caricias obscenas a los enanos dibólicos que le escarnecen y ridiculizan el oficio de poeta.

138. LA METAMORFOSIS DEL VAMPIRO

La identificación lujuria-muerte se refuerza aun más con la presentación del erotismo sádico que caracteriza a la doble personalidad del vampiro. El amante solo consigue con sus excesos destruir a la persona amada.

140. EL AMOR Y EL CRÁNEO

Poema breve que consiste en la descripción de una pequeña estampa en la que un amorcillo sentado sobre una calavera hace burbujas con la sangre de su víctima. La muerte es el castigo de la voluptuosidad erótica. El poeta sabe que su propuesta está condenada al fracaso y que se parece a la rabieta del niño cuyos deseos han sido contrariados.

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