COMENTARIO DE UN TEXTO DEL DECAMERON (Jornada VII, 3)
Manuel Quintana Carrasco
No pudo Filostrato hablar tan oscuro de las yeguas partias que las sagaces señoras no le entendiesen y no se riesen algo, aunque fingiendo reírse de otra cosa. Pero luego de que el rey conoció que su historia había terminado, ordenó a Elisa que ella hablara; la cual, dispuesta a obedecer, comenzó:
 Amables señoras, el conjuro del espantajo de Emilia me ha traído a la memoria una historia de otro conjuro que, aunque no sea tan buena como fue aquélla, porque no se me ocurre ahora otra sobre nuestro asunto, la contaré.
Debéis saber que en Siena hubo en tiempos pasados un joven muy galanteador y de honrada familia que tuvo por nombre Rinaldo; y amando sumamente a una vecina suya y muy hermosa señora y mujer de un hombre rico, pensó en convertirse en su compadre; y haciendo amistad con su marido, del modo que más conveniente le pareció se lo dijo, y así se hizo.

El tema de este fragmento es el inicio de la historia de Rinaldo, contada por Elisa.

En primer lugar, se menciona la risa disimulada de las damas, debida a la procacidad del relato de las yeguas de Partia contado por Filostrato. A continuación, el rey de esta jornada, Dioneo, nombra a Elisa que continúe narrando otra historia,ar lo que ella obedece. Por último, aparece el inicio del cuento, que trata de un joven llamada Rinaldo, que se enamora de su vecina y, para que le sea más fácil verla y estar con ella, se hace compadre del marido de esta.  




Este fragmento pertenece a la novela tercera de la Jornada VII del Decamerón, escrita por Giovanni Boccaccio entre 1348-1351. Este fragmento se corresponde al principio de la novela, cuando Elisa, designada por el rey de esta jornada, Dioneo, debe continuar contando una historia, en relación con el tema propuesto para esta jornada: infidelidades de las mujeres hacia sus maridos.

Elisa narra la historia de Rinaldo, un joven galanteador que se enamora de su vecina y posterior comadre, pero antes el rechazo continuo de esta, decide ordenarse sacerdote para intentar olvidarse de ella, lo cual le hace apartarse de sus deseos insistentes hacia ella. Pero cuando lleva un cierto tiempo en los hábitos, Rinaldo intenta persuadirla de nuevo, y como ella es algo ingenua, finalmente logra su objetivo y consigue satisfacer sus deseos. Sin embargo, en una de las ocasiones en las que se encontraban la comadre y él juntos, el marido de ella regresa a casa, y la mujer, a pesar del miedo que tenía, recurre a la astucia para salir airosa de esa situación. Se le ocurre que el fraile cogiese a su hijo en brazos e inventase un conjuro para curarle de algo. Entonces la mujer sale en busca del marido, muy alterada, para contarle que el hijo se había desmayado por la tarde y que había llegado el sacerdote y había dicho que tenía lombrices en el cuerpo y que, si no hacían nada en poco tiempo, se moriría. Gracias al sacerdote, que había dicho una serie de conjuros junto a un amigo suyo fraile, habían conseguido curar al niño. El marido, incrédulo, muy agradecido por este bello hecho, le ofrece al sacerdote Rinaldo y a su compañero, en recompensa, una serie de buenos vinos y de exquisitos dulces. Además promete la construcción de una estatua dedicada a San Ambrosio en la plaza en agradecimiento por este hecho. Gracias a esta treta, los amantes salieron airosos de la situación, sin perjuicios de ningún tipo.

Con respecto a las referencias intertextuales, en el texto se muestran una serie de aspectos, como la risa de las damas ante el relato grosero contado anteriormente por Filostrato, en concreto por el aspecto que menciona de las yeguas de Partia o yeguas partias, que es el modo en que Gianello, amante de la protagonista, satisface sus deseos con Peronella mientras esta tapa con su cabeza la tinaja que el marido está limpiando para Gianello.
Además se hace alusión a un rey. Forma parte de un pacto, en la que diez jóvenes, para huir de la Peste Negra de 1848, que asoló la ciudad de Florencia, se retiran a una villa de las afueras de la ciudad y, con el fin de divertirse, acuerdan que cada día reinará uno de ellos, el cual propone un tema sobre el que cada uno de los jóvenes debe contar una historia. En este caso, el rey de esta jornada es Dioneo.
Por otra parte, en la historia de Elisa, se hace referencia a un “espantajo”, contado en la primera novela, por Elisa. Es “espantajo” es el nombre que inventó la protagonista de la historia de Elisa para engañar a su marido, haciéndole creer que es una especie de monstruo, pero en realidad era su amante.

COMENTARIO ESTRUCTURAL:
Este fragmento es un texto narrativo, en el que aparecen tres partes; la primera parte es narrativa y las dos restantes forman parte de una intervención directa.
En la primera parte se narra la situación en la que se encuentran los personajes retirados a una villa en las afuera de Florencia. Este narrador de la primera parte es el propio autor de la obra, Boccaccio.
Los dos párrafos siguientes pertenecen a otro narrador, en este caso Elisa, uno de los personajes creados por Boccaccio para esta obra.

En el primer párrafo no hay referencia de espacio, aunque sabemos que se encuentran en un lugar bello, llamado El valle de las Damas. Este rasgo de moverse en lugares idílicos es una característica propia del Renacimiento, conocido como “locus amoenus”.
En el segundo párrafo se nos muestra dónde sucede la historia. En este caso, el cuento ocurre en la ciudad de Siena, ciudad vecina y aliada de Florencia, donde hay una sociedad dominada por la clase burguesa, como los protagonistas de la mayoría de los cuentos del Decamerón.

El tiempo en el que transcurre la acción del relato no se menciona, pero sabemos que es contemporáneo al autor. El relato transcurre a lo largo de varios años, pero la duración de la acción principal es de unos días.

En cuanto a los personajes, en el primeror párrafo encontramos a cuatro de los diez protagonistas del Decamerón: Filostrato, narrador de la historia anterior; el “rey”, que hace referencia a Dioneo; Elisa, la narradora de este cuento y Emilia.  Los diez jóvenes, al principio del Decamerón, se encuentran en la Iglesia de Sta. María Novella y, allí, deciden retirarse a una finca de recreo para huir de la epidemia de peste, que asoló la ciudad de Florencia en 1848. Observamos que en esta parte predominan mujeres sobre hombres. Las mujeres aparecen divertidas, principal rasgo que caracteriza a los personajes de Boccaccio. Son personas cultivadas, inteligentes y alegres (valores del Renacimiento),  es decir, con una actitud vitalista ante la adversidad, según el lema renacentista del “carpe diem”, concepto opuesto a la Edad Media, cuando la existencia se concebía como un tránsito a la otra vida y, para ello, nacíamos para sufrir y así ganarnos la salvación.
En la segunda parte del relato aparecen, por una parte, Rinaldo, que es hombre de buena familia (enriquecido por el comercio) y, por otra parte, la esposa de su compadre.  En toda esta jornada del Decamerón  se caracteriza por jóvenes ricos frente a maridos ancianos y de los que se nos dan las características de las personas burguesas.
En cuanto a la distribución de los personajes, Rinaldo es el protagonista de este relato, la señora aparece descrita como mujer bella (personaje objeto) y el marido, el antagonista. Esta clasificación de personajes nos resulta más fácil gracias al libro escrito por Todorov “Gramática  del Decamerón”, siguiendo el modelo de Propp. Todorov  reducía los argumentos de los cuentos de Boccaccio a la intervención de tres o cuatro personajes a lo sumo, que se interrelacionan según unas funciones repetidas según el mismo esquema.
La estructura del cuento posee planteamiento, nudo y desenlace. Este fragmento pertenece al planteamiento, donde se sitúa la ciudad de Siena y se describen con breves pinceladas a los personajes (galanteador, honrado, rico, hermosa) y el modo de acercamiento de Rinaldo a la dama (mediante un conjuro).

COMENTARIO ESTILÍSTICO Y LINGÜÍSTICO:
En lo que se refiere al plano léxico-semántico aparecen, en la parte narrativa del fragmento, verbos de habla y de pensamiento (Contaré, se me ocurre, saber, pensar…) Predomina, en esta parte, como tiempo dominante, el pretérito perfecto de indicativo en 3º persona de singular (pudo, conoció, ordenó, comenzó…)
Sin embargo, en el segundo y tercer párrafo, al ser un diálogo, el tiempo dominante es el presente y el imperativo, utilizados con pronombres en la 1º y 2º persona de singular (me ha traído a la memoria, se me ocurre, debéis saber…)

En cuanto a los sustantivos, aparecen términos propios del lenguaje común, como corresponde a una narración de unos personajes que poseen una conversación desenfadada, como espantajo, de carácter coloquial.

El léxico que aparece corresponde con el campo semántico de las relaciones humanas: amigo, compadre, marido, mujer, señora, vecina, familia…

El uso de los adjetivos es principalmente descriptivo, especialmente referidos al carácter de los personajes (etopeya). En general, en el Decamerón no aparecen descripciones físicas de los personajes. Solo se menciona sus ropas para dar a entender su clase social o porque la ropa tenga alguna función narrativa. Así se menciona del protagonista del relato, que es joven, galanteador y de buena familia; de las doncellas de dicen que son sagaces y amables.

No aparecen figuras literarias.

En lo que se refiere al plano sintáctico aparecen oraciones muy sencillas, como corresponde a un texto narrativo. Como mucho encontramos en la segunda frase del primer párrafo una oración compuesta, con cinco oraciones. El segundo párrafo pertenece al género retórico de la “excusatio” (cuando el narrador, al comenzar, pide perdón) y, de ahí, que sea más compleja sintácticamente.
En el último párrafo encontramos oraciones sencillas coordinadas copulativas, que poseen a su vez complementos encadenados por la conjunción “y”.

VALORACIÓN PERSONAL Y RELACIÓN:
En este fragmento aparecen unos jóvenes muy divertidos, con ganas de vivir y que disfrutan del placer de la narración, en voz alta, de historias de amor. Los personajes disfrutan con historias que infringen las normas convencionales. Boccaccio, a pesar de las críticas recibidas, no deja de burlarse de instituciones como el matrimonio, la familia o la Iglesia. En este caso, Rinaldo engaña a un amigo suyo con su esposa y se ordena fraile para tener más fácil acceso a la mujer.

Este relato no debemos valorarlo superficialmente como una mera historia “picante”, sino que refleja el vitalismo propio del Renacimiento. Boccaccio se anticipa a la alegría de vivir, a la aspiración de disfrutar de la naturaleza humana en todos sus ámbitos, donde proviene el humanismo, que considera al hombre como centro de la creación.
Este planteamiento supera al teocentrismo propio de la Edad Media, en la que todo acto humano tenía una transcendencia más allá, en forma de condena o salvación eterna.
Por otra parte, el texto supone un elogio evidente de la mujer, que protagoniza y centra el pensamiento de Boccaccio, que reivindica la libertad de expresión de la mujer, a la que concede un papel social protagonista, incluso más allá del que se le concede aún hoy en extendidos ámbitos sociales.
En el mundo actual es evidente que vivimos en una sociedad epicúrea, en la que la sociedad de consumo se basa en la estimulación a instintos excesivamente primarios, en los que la mujer es el centro de campaña de numerosos productos, en los que en la mayoría de las veces aparece de una manera sensual e incluso, en determinados productos, de manera erótica.

Por ello, en lo que a mí respecta, considero que la mujer sufre en la actualidad un roll de mujer objeto, en la que se puede utilizar para lo que uno quiere, sin tener en cuenta su opinión o sentimientos. Esta situación no solo se ha producido en la actualidad, sino que es producto de toda historia de inferioridad femenina, en la que la mujer jugaba un papel casi nulo en la sociedad, puesto que no podían salir sin acompañamiento del marido, no podían mirar a nadie a los ojos… En ciertas partes del mundo todavía en la actualidad se sigue practicando este tipo de normas, normas de poseer a la mujer como un trozo de carne, sin sentimientos. Debido a esto, el mundo todavía se encuentra en un punto de retroceso, hasta que la mujer logre poseer los mismos logros que posee el hombre, puesto que hombres y mujeres somos iguales.
Como se menciona al comienzo del relato, parece que la mujer tenía un acceso limitado a algunos asuntos (Filostrato habla intencionadamente de un modo oscuro, para que ellas no le entendiesen), e igualmente todavía se hace a la mujer destinataria de temas superficiales para los dirigentes de los medios de comunicación de masas, quedan relegadas a un nivel inferior.

                                                               MANUEL QUINTANA CARRASCO (2º BACH B)

Comentarios

Trinidat ha dicho que…
vaya abuso de comentario, lo voy a copiar entero. Por fin me entero de algo.
Anónimo ha dicho que…
Esta super bien hecho, enhorabuena.
Anónimo ha dicho que…
Muy de acuerdo contigo Manuel, Gracias por compartir
Saludos. Namaste

Entradas populares de este blog

Comentario de Casida de la mujer tendida de García Lorca

CANCIÓN DEL JINETE COMENTARIO DE LUCÍA FERNÁNDEZ HERNÁNDEZ IES ÁNGEL GANIVET (2º D)

COMENTARIO DE UN POEMA DE JUAN RAMÓN JIMÉNEZ