A. LA LÍRICA DEL S. XX HASTA 1939

A. LA LÍRICA DEL S. XX HASTA 1939


En este período se pueden señalar las siguientes generaciones literarias:

1. LA CRISIS DE FIN DE SIGLO: MODERNISMO Y GENERACIÓN DEL 98

El término “Modernismo” designa a aquellos artistas (especialmente poetas) que dirigen su inconformismo hacia la búsqueda de la belleza, de lo “raro”, de lo exquisito; es decir, que se proponen ante todo una renovación estética. A la vez, surgen en España otros escritores que dan especial entrada en su temática a los problemas del momento histórico, que se acentúan en España a raíz del Desastre del 98: decadencia, crisis interna, miseria social, apatía espiritual. Llamados también al principio “modernistas”, para ellos se creó más tarde la etiqueta de Generación del 98. Destacan Antonio Machado y Juan Ramón Jiménez.

ANTONIO MACHADO

Soledades

Se publica en 1903, aunque aparecerá refundido en 1907 con el nombre de Soledades, galerías y otros poemas. El libro presenta innegables influencias del Modernismo simbolista: empleo de metros amplios (dodecasílabos y alejandrinos), léxico e imágenes modernistas, uso de símbolos como la tarde, el agua, la noria, las “galerías”. Pero se trata de un modernismo intimista, tratando de expresar la soledad, la melancolía o la angustia que le produce la reflexión sobre el destino del hombre, los recuerdos de la infancia, las evocaciones del paisaje, el amor soñado.

Campos de Castilla

Se publica en 1912, poco antes de la muerte de su joven esposa, Leonor. En el libro aparecen composiciones que responden a una preocupación patriótica sobre el pasado, presente y futuro de España. Algunos poemas, como “A orillas del Duero” o “Por tierras de España” se inscriben en la línea regeneracionista cultivada por la Generación del 98. Otros, como “Una España joven”, “Desde mi rincón” reflejan actitudes políticas más radicales y revolucionarias, animadas por la nueva fe en “otra España”, implacable y redentora con la que se siente comprometido.

Por otra parte, Machado incluye en la serie de Proverbios y cantares un tipo de poemas brevísimos que son poemitas breves, en formas inspiradas por las coplas populares.

Nuevas canciones

Se publica en 1924 y es un libro breve y heterogéneo, una especie de muestrario: algunos poemas recuerdan los de Campos de Castilla. Machado se esfuerza por buscar lo esencial, la reducción de la poesía a “unas pocas palabras verdaderas”.



JUAN RAMÓN JIMÉNEZ

Concibe la poesía como un arte minoritario (“A la minoría, siempre”), de dificultad y hermetismo cada vez más acentuado. Su ideal de la poesía es la sed de Belleza (expresión de un goce exaltado de lo bello), sed de Conocimiento (penetración en la esencia de las cosas, un camino guiado por la inteligencia hacia las últimas verdades.

En su trayectoria poética suelen distinguirse tres etapas:

1ª.- ÉPOCA SENSITIVA: desde sus comienzos hasta 1915.

Tras unos comienzos adolescentes donde se perciben ecos de la poesía intimista de Bécquer, la poesía de JRJ acusa la influencia modernista en sus variadas tendencias, aunque la más importante será la simbolista: así, el Modernismo decadentista de Ninfeas (1900) da paso a los poemarios Arias tristes (1903), Jardines lejanos (1904) y Pastorales (1911), que se acercan al ideal simbolista del Modernismo.

2ª.- ÉPOCA INTELECTUAL: se inicia en 1916 con Diario de un poeta recién casado y se prolongará hasta que se exilia a América en 1936. Aunque el proceso de depuración lírica ya había estado presente en el intimismo de Bécquer y Machado, la nueva poesía pura formulada por JRJ va más lejos: elimina los resabios sentimentales y los sustituye por una rigurosa intelectualización del poema.

3ª.- ÉPOCA SUFICIENTE O VERDADERA: es la etapa del exilio americano, desde 1936 hasta su muerte en 1958, dos años después de conseguir el Premio Nobel. A esta etapa corresponden dos libros: En el otro costado (1936-1942) y Dios deseado y deseante (1948-49). Este es un poemario donde JRJ identifica a Dios con su propia conciencia. Este encuentro con Dios supone al mismo tiempo el encuentro con la Belleza, la Naturaleza y el Amor.



2. LA GENERACIÓN DEL 27



Dentro de la generación histórica de las Vanguardias, surge un grupo compacto de poetas que se ha denominado Generación del 27. Los miembros más importantes son: Federico García Lorca, Rafael Alberti, Vicente Aleixandre, Pedro Salinas, Jorge Guillén, Gerardo Diego, Luis Cernuda, Dámaso Alonso, Emilio Prados y Manuel Altolaguirre.

Parte de la crítica considera que cumplen con los requisitos para hablar de una generación, a saber: nacen en fechas próximas, tienen una formación intelectual semejante, mantienen relaciones personales entre ellos (en la Residencia de Estudiantes), participan en actos colectivos, celebraciones, revistas (homenaje a Góngora que da nombre al grupo, revistas como Litoral, Revista de Occidente...), siguen inicialmente el magisterio de Juan Ramón Jiménez y son conscientes del anquilosamiento de la generación anterior.

1ª ETAPA: HASTA 1927, APROXIMADAMENTE

Todos los poetas del grupo del 27 se nutren, en mayor o menor medida, de las siguientes tendencias: lírica posmodernista, poesía pura formulada por Juan Ramón Jiménez, las Vanguardias (en esta época influyen, sobre todo, el Ultraísmo y el Creacionismo), y la lírica de inspiración clásica ( ya sea en su vertiente culta, dando lugar al neogongorismo, o en su vertiente popular o neopopularismo).

2ª ETAPA: DE 1927 A LA GUERRA CIVIL

Lírica surrealista:l Surrealismo ofrece a los poetas del 27 los mecanismos expresivos (metáfora, imágenes oníricas) para mostrar la amenaza de una civilización que conduce al desarraigo, a la soledad y a la muerte. La reflexión sobre la realidad social, el terror al poder castrante y destructivo del mundo industrializado es el núcleo temático de Poeta en Nueva York (1929) de Lorca. En poetas como Vicente Aleixandre (Espadas como labios (1932), La destrucción o el amor (1935)) y Luis Cernuda (Los placeres prohibidos (1931)) la técnica de la escritura automática y las imágenes oníricas se alían con el Neorromanticismo para cantar el amor.

3ª ETAPA: DESPUÉS DE LA GUERRA

Tras la guerra civil, el grupo del 27 se dispersa. Mueren Lorca y Miguel Hernández, y los demás, salvo Dámaso Alonso, Vicente Aleixandre y Gerardo Diego, parten al exilio. Cada cual sigue su rumbo poético, pero ninguno abandonará ya los caminos de una poesía humana, cada vez más humana.

En el exilio, Guillén inicia con Clamor (1950) un nuevo ciclo poético, atento al dolor humano. Con el tiempo, la nota dominante en todos los exiliados será la nostalgia de la patria perdida.

En España, la poesía derivará hacia un humanismo angustiado, de tonos existenciales, cuya muestra más intensa es Hijos de la ira (1944) de Dámaso Alonso.

La concesión del premio Nobel de 1977 a Vicente Aleixandre fue, en cierto modo, la confirmación de la importancia de todo un grupo que ha dado a la lírica española una nueva Edad de Oro.



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