II. C. LA NOVELA


II. C. LA NOVELA

     La novela cuenta un acontecimiento de la vida (1.-acción), protagonizado por unos individuos (2.-personajes), en un (3.-) espacio y en un (4.-) tiempo determinados. La historia narrada se organiza en un discurso según unas (5.-) técnicas narrativas.

1.- La trama o acción

Por acción entendemos la historia que se va desarrollando ante nuestros ojos a medida que leemos la novela. En una narración se suelen suceder varias acciones a la vez, las primarias y las secundarias, que, entretejidas entre sí, forman el cuerpo de la novela o argumento. Es importante que las acciones sucesivas sean verosímiles o creíbles, es decir, deben desarrollarse dentro de la lógica interna de la novela. Asimismo, el autor debe cuidarse de no caer en contradicciones argumentales para que la acción avance sin problemas. El orden de la acción, desde un punto de vista clásico, suele responder a la siguiente estructura interna:

Planteamiento: es la presentación de los personajes y el establecimiento de la acción que se va a desarrollar. Además, se expone el marco temporal y espacial en que se situará la historia.

Nudo o desarrollo: la situación expuesta en el planteamiento comienza a evolucionar, es decir, se desarrolla el conflicto en el que se verán inmersos los personajes. En la novela suele haber un conflicto principal y otros secundarios que dependen, en mayor o menor medida, de aquél.

Desenlace: es la resolución del conflicto y el final de los sucesos que se han planteado.

De todos modos, y sobre todo desde la renovación de la novela a partir de mediados del siglo XX, es habitual que esta estructura se vea truncada:

In medias res o principio abrupto: consiste en iniciar la acción cuanto esta se encuentra en pleno desarrollo, sin haber presentado previamente a los personajes.

Estructura inversa: el autor adelanta el desenlace de la novela en las primeras páginas de la misma, y posteriormente se dedica a contar cómo los acontecimientos evolucionan hasta llegar a ese final.

Final abierto: la historia no termina de resolverse, ni positiva ni negativamente, de manera que el lector percibe la sensación de que la acción se extiende más allá de los límites de la novela.

2.- Los personajes

Los personajes son las personas, reales o ficticias, que desarrollan la acción narrada por el novelista. Los personajes principales o centrales son denominados protagonistas, mientras que los demás son secundarios. Es fundamental que el narrador ofrezca al lector una caracterización de los personajes, que puede ser: física  (se describe el aspecto y el modo de vestir) y psicológica.

En una novela hay varios tipos de personajes:

Protagonista: lleva el peso del desarrollo argumental y es el centro de atención de la historia narrada.

Personajes secundarios: no aporta nada fundamental a la acción, sino que su función se limita a dar credibilidad a las acciones que le suceden al protagonista. Suelen formar parte de las escenas de grupo. Pueden ser aliados o antagonistas del protagonista.

Los personajes de una novela se pueden presentar ante el lector de distintos modos:

Por sí mismos. Este recurso suele aparecer en las novelas autobiográficas.

A través de otro personaje.

A través del narrador.

De forma mixta, combinando las tres formas anteriores.

3.- El espacio

La situación física en que se encuentran los personajes es uno de los recursos principales que los autores utilizan para contextualizar una narración. Una novela se puede desarrollar en un lugar o en varios, en espacios interiores o exteriores, rurales o urbanos, y en espacios reales, simbólicos o imaginarios.

Los novelistas se suelen valer de la técnica de la descripción para presentar los espacios. Durante el movimiento literario realista del siglo XIX la descripción y el análisis de los espacios alcanzaron prácticamente la misma importancia que la historia narrada.

4. El tiempo

El desarrollo argumental de una narración transcurre a través del tiempo. Este tiempo de la novela no tiene por qué presentarse de manera lineal, sino que puede ser alterado libremente por el autor con finalidad estilística. Esta técnica consistente en alterar el orden lógico de la narración se denomina temporalización anacrónica, y cuenta con dos recursos:

Analepsis o retrospección (flash-back): es un salto hacia atrás en el tiempo de la historia.

Prolepsis o anticipación (flash-forward): el autor adelanta acciones que aún no se han producido en el relato primario de la novela, es decir, se trata de un salto hacia delante.

5. El narrador

Por narrador se entiende la voz que cuenta lo que sucede en la novela. El autor puede narrar los hechos directamente, o bien elegir a un personaje que, con más o menos protagonismo, vaya contando desde dentro la historia. Además, en una misma narración puede haber distintos tipos de narradores, es decir, voces diversas que aportan puntos de vista distintos. Veamos más detenidamente cada uno de los tipos de narrador que hemos mencionado:

Narrador omnisciente: suele corresponderse con la voz del autor, que nos cuenta todo lo que los personajes hacen, dicen o piensan. El narrador omnisciente no justifica por qué conoce todos los datos que aporta, y el lector acepta esa voz que todo lo sabe como la voz del autor. Al narrador omnisciente se opone el narrador equisciente, que sólo narra lo que puede verse y oírse desde fuera, como lo haría una cámara cinematográfica.

Narrador personaje: en ocasiones, la historia es narrada por uno de sus personajes, aunque hemos de diferenciar entre el narrador-protagonista y el narrador-testigo. En el primer caso, la narración suele ser autobiográfica, ya que el narrador-protagonista se sitúa como centro de la acción y relata los hechos desde su propio punto de vista. En el segundo caso, el narrador-testigo es espectador de la acción, y la presenta según su mayor o menor proximidad a los protagonistas. Estos narradores-personajes no suelen ser omniscientes, sino que sólo cuentan aquello que conocen por experiencia propia o por conocimiento ajeno.

A partir de la renovación de la novela a mediados del siglo XX, cada vez son más frecuentes las novelas en las que intervienen distintas visiones de los personajes que están involucrados en la acción, en lo que puede denominarse narración colectiva. Un mismo hacho es narrado por varios personajes distintos, con lo que el lector obtiene una visión completa y diversa de la historia, enriquecida por puntos de vista diferentes.

Para analizar lingüísticamente un fragmento de una novela, hemos de tener en cuenta que podrán aparecer las siguientes modalidades textuales: narración (habrá que prestar especial atención al uso de los verbos, que serán de acción, frecuentemente en pretérito; deixis de tiempo y de lugar), el diálogo (con verbos de “lengua”, con los que se cede la palabra a los personajes, lo que habitualmente hace más ágil y realista una novela) y el uso de las descripciones (debemos fijarnos entonces de forma especial en el uso del estilo nominal, analizando el valor de los adjetivos y los sustantivos).

 

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