II.B. EL TEATRO


II.B. EL TEATRO

                En el género dramático existe una dualidad: primero la obra escrita, que consiste en el guión de la obra teatral, escrita en prosa y a veces en verso (aunque esta forma estaba más extendida en el renacimiento) y la representación, que es la predicación del texto dramático en escena, en ella interviene no solo la obra escrita sino también la escenificación, la música, el decorado, el director y en ocasiones el público.

 Los diálogos:

                Los diálogos son la comunicación entre los personajes, se pueden considerar como la parte fundamental de una obra teatral, además nos dan una idea del carácter del personaje y la acción que desarrolla cada uno individualmente en una secuencia de hechos. La manera de comunicarse entre personajes adopta diferentes modalidades:

El diálogo: es el más utilizado y se utiliza para varios personajes en escena, con él se pretende una conversación alternada entre los mismos para desarrollar la acción.

Aparte: el personaje expresa un monólogo en voz baja para percatar su fingir y discreción hacia una situación.

Monólogo o soliloquio: consiste en la representación de un personaje único en escena que reflexiona en voz alta hacia los espectadores.

Monólogo aparente: con esta modalidad, el personaje dialoga a distancia (mediante teléfono, radio…etc) y los espectadores sólo se percatan de la información que le transmite el personaje en escena.

 

Las acotaciones:

                En un texto dramático, los diálogos no son lo único que se presenta en él, sino también las acotaciones, las acotaciones son meras notas informativas que presenta el autor en el texto para aclarar o señalar múltiples parámetros en los hechos, generalmente tienen los siguientes usos:

Informar de la ubicación de los hechos, aclarar el lugar donde se encuentran los personajes, ya sea una habitación, un avión, un submarino u otro planeta.

Hablar de la disposición de los objetos o las características del lugar: posición de una mesa, la iluminación, etc…

Exponer el aspecto físico y psicológico de los personajes y sus respectivas acciones al entrar en escena o al moverse por la sala.

 

La estructura dramática:

                En un texto dramático la estructura se suele disponer en actos y escenas, un acto es la representación que suele abarcar las acciones en un determinado lugar con ciertos personajes (división en cuadros), mientras que una escena es la entrada y salida de los personajes. Su estructura interna se plantea generalmente en planteamiento, nudo y desenlace.

 

Los personajes:

                Tanto los diálogos, como las acotaciones e incluso el escenario giran en torno a los personajes, los personajes se presentan a sí mismos con una personalidad propia. Los personajes se plantean las siguientes características:

Nombre: se coloca antes de la acción o el diálogo que realiza en el escenario.

Aspecto físico: en este parámetro encontramos el vestuario, los gestos, los movimientos…

Aspectos psicológicos: el comportamiento en relación con los demás personajes.

Modo de hablar: la entonación, el volumen de voz y sus características (lenguaje culto, vulgar…).

 

El género:

                Los géneros más básicos de las obras teatrales son: la tragedia, que acompañada de un tono elevado posee un final trágico, el drama, en el que se representan pasiones, sentimientos y enfrentamientos de ideas aunque no exige de un final fatal y la comedia, cuyo fin es el entretenimiento, posee un final feliz y tienden a provocar la risa.

                Además de estos tres géneros líricos existen otros como el sainete, la farsa, el entremés, el auto sacramental y el melodrama.

 Características lingüísticas del texto teatral:

                A continuación creo conveniente hablar del uso de los siguientes recursos:

Frecuente uso de los pronombres y de la deixis (deícticos pronominales y adverbiales), sirven para nombrar a los personajes y aclarar elementos presentes en la escena.

Abundancia de vocativos y apelativos que utilizan los personajes para designar a otros.

La insistencia en el uso de entonaciones mediante adverbios en acotaciones sobre los personajes para designar su tono de voz o forma de hablar.

El uso de registros en la voz del hablante desde el culto y refinado hasta el vulgar y basto: normalmente se escribe la pronunciación tal y como el personaje ha de plasmarla en su diálogo.

La frecuencia de los marcadores conversacionales: bien, bueno, por supuesto, etc.

 

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