HISTORIETAS LOCALES, 11 EL VALLE DE LA MUERTE Y EL FIN DEL CHATO DOBLE
“La ciudad de Guadix rara vez recibe visitas de turistas, y
ello a pesar de poseer algunos de los barrios más fantásticos que he visto
jamás. El nombre de Guadix proviene del árabe Wadi-Ash, ‘el valle de la vida’,
aunque en realidad no haya otro nombre más apropiado para esta región salvaje y
desolada que el Valle de la Muerte.”
Estas líneas, que no sabemos si juzgar como lisonjeras o
denigratorias para nuestra ciudad, pertenecen al libro La senda gitana, de Irving
Brown.
Visitó Guadix a principios del siglo XX. Trepó hasta la
alcazaba “por empinadas cuestas”, y desde allí contempló la tierra arcillosa
del barrio de las cuevas: “Barrancos y montes baldíos de color rojizo que semejaban un mar de sangre
súbitamente enfurecido por una tormenta y luego petrificado en gigantescas ola,
pero lo que la hace aún más fantástica es que cada colina o barranco está
repleto de cuevas habitadas por miles de gitanos y gentiles”. El paisaje es embellecido por el fondo que
pone Sierra Nevada a un lado, y la feraz
vega al otro.
Más le fascinan los habitantes del barrio, donde se mezclan,
por utilizar su expresión, gentiles o
busnés y gitanos; y habla con un tratante de caballos, “Gitano Bobo” y “el Roca”,
de quien se ríen los niños. Subyugado
por el misterio que desprende el barrio (a pesar de que es el único de los que
ha visitado en España que le infunde miedo, “escalofríos”), abandona de noche
su hotel y vuelve a las cuevas por la Cañada de los Gitanos. Alumbrado por la luna, el sonido de un yunque
le guía a una fragua donde un herrero
arregla una cadena rota. Mientras comparten un cigarro, le cuenta la historia
de Luis Castellón López, el “Chato Doble”, así apodado por su rostro de bulldog, según Irving Brown; las
vicisitudes de la vida de este gitano astuto, temerario y corpulento le
estremeció.
Este bandolero, famoso por su historial de osadas falsificaciones
(fue capaz de robar un burro, “tunearlo”, como diríamos hoy, y revenderlo a su
legítimo dueño), robos, y crímenes en
las comarcas de Valladolid y Álava, fue muy popular en España y tuvo amplia
repercusión en la prensa gráfica de la época. Después de burlar audazmente a la Guardia Civil por media
España, evadirse de la cárcel en dos ocasiones y huir a Francia, volvió para raptar a su sobrina Dolores, de
dieciséis años, y abandonarla después. Al descubrir la deshonra, su propio
hermano, Diego, buscó al ofensor, “siguió su rastro a través de todas las
provincias de la península”, y no cejó hasta que lo encontró. Se había ocultado
en una cueva de Guadix, hasta donde llegó su hermano, pero, en el último momento, cuando se disponía
a matarlo, recordó los días de la infancia pasados juntos, “y cómo, de niño,
había llevado en brazos a su hermano menor, se arrepintió y se limitó a
denunciarlo a la Guardia Civil. El Chato Doble fue apresado y ejecutado con
garrote vil en 1904. La tragedia, más digna de un García Lorca, narrada con
todo lujo de escabrosos detalles en el sobrecogedor escenario de los hechos,
dejó impactado al cándido viajero norteamericano.
Irving Brown era profesor de la Columbia University y traductor
de algunas novelas de Vicente Blasco Ibáñez, a quien dedica el libro. Él tenía
la rara obsesión de convertirse en gitano, atraído por la lectura de George Borrow,
Victor Hugo, Merimée y, por supuesto, Blasco Ibáñez. Convencido de que su
apellido demostraba que sus ancestros eran gitanos, aprendió caló, oscureció su
piel tomando el sol a diario durante dos meses y voló a España, vía París, para confraternizar con los gitanos de
Barcelona, Cádiz, Jerez de la Frontera, Triana, Coria, Córdoba, Málaga, Antequera, el Sacromonte y Guadix,
experiencia que dejó reflejada en su libro Nights and days on the gypsy trail,
1922.
Comentarios
Me parece quien le saco esta falsa historia le tuvo que matar un familiar De quien lo saco y por eso quieren quitar el imagen de este hombre, con pasado bastante cargado y lo reconozco, pero no poner cosas que nunca han existido!
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